Las sandías son una de las frutas más sabrosas y son especialmente populares durante los calurosos meses de verano. Ideal para ensaladas de frutas o simplemente por sí sola, la sandía te ayuda a mantenerte fresco y te asegura que obtengas todas tus vitaminas y minerales. ¡Hoy le mostraremos cómo cultivar sandía a partir de semillas! Tenga en cuenta que a la sandía le encanta el calor, ¡así que asegúrese de que su verano sea lo suficientemente largo y cálido antes de plantar!
PLANTACIÓN:
Si vive en un área más cálida, puede sembrar semillas directamente en el suelo. Asegúrese de que la temperatura del suelo sea de al menos 70 ° F.
Si vive en un clima más frío, comience a cultivar las semillas en el interior aproximadamente un mes antes del trasplante.
Antes de trasplantar, asegúrese de que haya pasado todo el peligro de las heladas, ya que las enredaderas de sandía son muy suaves y sensibles.
Cambie el suelo con estiércol envejecido, algas o abono antes de plantar. A la sandía le encanta alimentarse, ¡así que asegúrate de mantenerla feliz!
Separe las semillas a unos dos metros de distancia y, si es posible, plante en una colina, ya que esto retendrá la humedad y el calor.
Cubra con plástico para mantener la tierra caliente y obstaculizar el crecimiento de las tareas domésticas.
Las plantas de sandía necesitan entre 1 y 2 pulgadas de agua por semana. Asegúrese de que estén siempre húmedos, pero no empapados.
Una vez que las frutas estén creciendo, reduzca el riego. ¡El clima seco producirá la sandía más dulce!
Si elige fertilizar, use un fertilizante líquido de algas para obtener mejores resultados.
COSECHA:
- La sandía no sigue madurando después de la cosecha, por lo que es importante saber cuándo cosechar.
- Batir la sandía: si suena hueca, ¡está madura!
- Verifique el color en la parte superior de la sandía: estará madura cuando haya poco contraste entre las rayas.