En un mundo ideal, todos tendríamos nuestro propio huerto urbano en casa, o al menos unas bonitas macetas para cultivar algunas hierbas aromáticas. El choque de la realidad nos hace depender del producto de supermercado, hierbas que lucen muy brillantes en sus envases, pero que se echan a perder en casa con pasmosa rapidez.
Perejil, albahaca, tomillo, cebollino, cilantro, eneldo… Hace tiempo que los supermercados nos ofrecen una buena variedad de las principales hierbas aromáticas que solemos utilizar en la cocina, muchas veces procedentes de la agricultura ecológica. En su mayoría se presentan dentro de envases de plástico semirrígidos, una opción insostenible, pero que busca protegerlos el mayor tiempo posible.
Ese es su principal problema: las hierbas frescas cortadas son un producto extremadamente delicado con una vida útil muy corta. Esta es la razón principal por la que se venden sin lavar, ya que esto aceleraría el proceso de descomposición. Es algo parecido a lo que sucede con las bayas y frutos del bosque: solo hay que lavarlos justo cuando los vayamos a usar.
Aprende a conservar las hierbas frescas en casa
La forma de conservación más obvia es, simplemente, guardar el envase tal cual en la nevera, también después de abierto. Es un producto que se vende refrigerado, y como tal hay que mantenerlo en casa. Usaremos las hierbas sacándolas solo a medida que las necesitemos, dejando el resto en su paquete sin tocar, preferiblemente en una zona no muy fría.
Pero cualquiera que haya comprado este formato sabrá que no suelen durar en buenas condiciones mucho tiempo. Estos son los sistemas más sencillos, sin tener que recurrir a artilugios específicos, y que nos servirán también para las plantas compradas a granel o las que nosotros mismos recolectemos.
De la misma forma que dentro del paquete comercial pueden durar bien algunos días, según el estado en el que lleguen a nuestra casa, también dentro de una bolsa de plástico común de las de pesar la fruta puede dar resultados medio decentes, siempre que se conserve en la nevera. Lo ideal, además, es revisarlas de vez en cuando para retirar las piezas que estén en peor estado.
Los tres mejores métodos de conservación caseros
- En un tarro con el fondo cubierto con un par de dedos de agua, dentro de la nevera.
- En un tarro también con agua, cubriendo las hojas con una bolsa de congelación, sobre la mesa de la cocina.
- Envueltas en varias hojas de papel de cocina muy húmedas, dentro de una bolsa de congelación cerrada, en la nevera.
1. Tarro con agua en la nevera (cebollino)
La base de casi todas las ramitas apareció mustia, algunas conservándose relativamente bien, aunque todo el ramillete pedía un corte en ambos extremos antes de consumirse. Una buena parte del cebollino se mostraba casi íntegro en el cuerpo central, firme, con buen color y aroma, pero otras piezas, aproximadamente la mitad, eran ya incomestibles.
Este método es sencillo y se ha practicado en todos los hogares a lo largo de la vida, al igual que con las flores decorativas. Al introducirlo en el frigorífico, colocarlo en la zona menos fría – la conservación se prolonga con respecto a la temperatura ambiente. Es un sistema cómodo que puede ser útil para una conservación más breve.
2. Tarro con agua cubierto con una bolsa, a temperatura ambiente (albahaca)
Este curioso método mejorado del mencionado clásico es en realidad una propuesta de otro medio americano, Bon Appétit, al que denominan “nuestro mejor truco para conservar la albahaca”. En Cocina no les convenció demasiado, aunque cabe señalar que usaron perejil y lo metieron en la nevera.
Nuestra albahaca aguantó mejor de lo esperado, pequeños bocados de insectos aparte -verano es mala época. Si bien algunas hojas aparecieron ya mustias y otras con algunas manchas, la mayoría se mantuvo en buenas condiciones, con todo su aroma.
3. El mejor sistema: papel de cocina húmedo en una bolsa dentro de la nevera
Para aplicar este sistema hay que coger al menos tres o cuatro hojas de papel de cocina absorbente, humedecerlo bien y escurrirlo, apretando con el puño formando una bola, para que todas las hojas queden bien húmedas pero sin gotear. A continuación, se abren con suavidad para no romper las hojas, se juntan fomrando varias capas y se colocan las hierbas dentro para enrollarlas.
Lo ideal es no apretar demasiado, para que respiren un poco, formando un rollo acolchado. Luego se coloca en una bolsa con cierre zip, procurando extraer el máximo de aire, pero sin aplastarlas, y se guarda en la nevera.
fuente:https://www.directoalpaladar.com/tecnologias-de-conservacion/sea-perejil-cebollino-albahaca-este-mejor-metodo-para-conservar-hierbas-aromaticas-cortadas