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1 – La falta de luz
Empecemos por el plato fuerte: con un repaso a lo que supondría la falta de luz para las plantas (algo frecuente en interior).
La luz es lo que hace posible la fotosíntesis. A través de este fenómeno, las plantas son capaces de hacer su propio alimento. Es suficiente para ellos combinar el carbono atmosférico con el hidrógeno del agua para formar las cadenas de carbohidratos que tanto necesitan.
En consecuencia, si la luz fuera insuficiente, habría una falta de energía y estas se reducirían en sus funciones más básicas. Una escasa floración o no será una reacción lógica en ninguno de los ejemplares afectados. Concentrarían sus reservas en lo que es más preciado para su supervivencia. Las flores serían un lujo innecesario.
En una situación prolongada de privación, la vida útil de la planta estará en grave peligro. Si las plagas o enfermedades no superan su resistencia insignificante, eventualmente perecerán debido al agotamiento de sus reservas.
El alargamiento exagerado de los tallos, buscando con desesperación la luz, es quizás uno de los síntomas más comunes y logrará darte pistas de lo que allí está pasando. También el crecimiento desigual, orientado hacia una ventana u otra fuente de luz es un buen indicativo. No dejes que la situación se perpetúe o las hojas comenzarán a perder su color y acabarán en el suelo.
Te ha de quedar claro que no hay una cantidad de luz estándar para todas las plantas. Según su biología, cada especie gusta de una cuota diferente en horas o intensidad. Bien sea en el exterior o en el interior de tu vivienda, debes conocer sus preferencias antes de buscarles una ubicación definitiva.
2 – La carencia de nutrientes
Por la misma razón que la anterior, la falta de minerales es otra razón por la que una planta produce menos flores. En particular, la falta de fósforo y potasio puede llevar a un retraso en la floración o que estos sean de pequeño tamaño o calidad. También tendrá un impacto en el crecimiento futuro de la fruta.
Pero no empieces a pagar «como loco» ahora; los excesos en este caso tampoco son deseables. Demasiado nitrógeno -mineral responsable, entre otros, del crecimiento- podría inhibir la floración a costa de un desarrollo exagerado de la planta.
Tendrías un espécimen con brotes constantes, pero sin flores. Para completar sus telas anormalmente suaves, serían una mordedura exquisita para los áfidos y otras plagas. Si tiene que aplicar fertilizante a las plantas con flores, use uno que no promueva tales circunstancias. El que tenga una baja proporción de nitrógeno en relación al fósforo y potasio será el más indicado, ya que facilitará la floración y no al revés.
Igual de importante que la existencia de sales minerales es el hecho de que se encuentren en situación de ser asimiladas. El pH inadecuado del suelo es otra de las razones por las que una planta suele padecer carencias.
Dejando de lado algunas excepciones, como las plantas acidófilas o las amantes de los suelos alcalinos, el rango de pH entre 6,5 y 7 es el más conveniente. Este pH, considerado neutro para las plantas, es perfecto para la gran mayoría -con el que se da la mayor disponibilidad de nutrientes-.
3 – Riego inadecuado
Ni que decir tiene que el déficit hídrico tampoco es deseable, ni para su floración ni para la planta en general. Un riego miserable significaría el debilitamiento de la planta, la pérdida de sus flores y también de las hojas, o peor aún, su muerte. ¡Cuidado!
Pero para evitar quedarse corto, ahora no debe exagerar. Solo podrás pudrir las raíces o favorecer la proliferación de hongos. Debe regar en la medida adecuada.
En el blog tienes una plétora de artículos que te ayudarán a conseguir algo tan importante como la cantidad y frecuencia de riego correcto.
4 – Poda incorrecta
La poda en un momento inoportuno es otra circunstancia que suele llevar a la ruina de la floración. Es una buena idea conocer las fechas en que florecen sus plantas, así como dónde se forman los capullos de las flores, antes de aventurarse con tijeras.
La hortensia, por ejemplo, que florece en los tallos del año anterior, debe podarse en otoño o justo después de que sus flores se marchiten, mejor incluso que al final del invierno. Si no te arriesgas a que cuando llegue el momento (primavera y verano), las flores esperadas no aparezcan o lo hagan escasamente.
Con un panorama así se puede pensar que, ante la duda, lo mejor es la inacción. Sin embargo, en la mayoría de las plantas con flores, como los rosales, el jazmín o las anteriores, es recomendable al menos suprimir las ramas viejas -ya que no florecerán- y por supuesto la eliminación de las flores ya marchitas, cortando al menos unos pocos brotes por debajo.
Si de paso “aclaras el interior del arbusto“, conseguirás además que entre más luz y por lo tanto obtendrás mayor floración.
Las flores, una vez polinizadas, acabaran dando lugar a los frutos y estos nos pueden interesar o no. Si son frutales u otras hortícolas o en el supuesto de que ornamenten la planta, los dejaremos. Pero no aportando nada, es mejor retirarlos; ya que restan energía a la planta e inhiben la nueva tanda de flores.
5 – El frío
Las heladas tardías son los grandes enemigos de muchos árboles frutales. Es el caso, por ejemplo, de las almendras y las ciruelas.
Flor de ciruelo rojo o jardín (Prunus cerasifera ‘Atropurpurea’)
Estos árboles, al principio en términos de floración -lo hacen antes de que aparezcan las hojas- a menudo son castigados durante la primavera por las bajas temperaturas.
Si el clima donde vives es propenso a las heladas, incluso entrando en el mes de abril, es mejor elegir variedades de flores menos temprano; si no, los perderá o se dañarán.
Además de las especies o variedades, la latitud y las condiciones climáticas también son decisivas. No es lo mismo si estás en la zona mediterránea y cerca de la costa que en el norte o centro de la península. Las flores aparecerán con hasta semanas de diferencia.
Hablando del frío, hay que destacar también el poco ánimo de las abejas para volar por debajo de los 10ºc; algo que repercutirá negativamente en la polinización y por lo tanto en los frutos venideros.
Las flores del cerezo salen incluso antes que sus hojas
Otra cuestión es la exigencia de ciertas especies, como los cerezos, de acumular horas de frío. Si no suman alrededor de mil horas por debajo de lo 7ºc durante el invierno, las flores escasearán al llegar la primavera.
6 – Las Plagas y enfermedades
¿Alguna vez has visto que una planta débil, por alguna razón, tendrá más dificultades para florecer? Por supuesto, las plagas o enfermedades pueden ser participantes en esta descomposición. Y si no, lo van a aprovechar. Conoces el dicho: «un perro flaco, todo son pulgas».
En este caso no serán pulgas, sino pulgones, cochinillas, moscas blancas, ácaros o trips, que atacarán sin dudarlo los botones en formación; junto a otras partes tiernas de la planta. Soluciónalo de forma sencilla aplicando jabón potásico o aceite de Neem.
Los hongos, como el oídio o la botritis, también podrían aparecer -con temperaturas en ascenso y tiempo húmedo-, provocando diversos daños, entre otros, que las flores se pierdan. En este caso deberías atajar el problema con un fungicida polivalente.
7 – La edad del ejemplar
También vale la pena preguntarnos si el espécimen simplemente no será demasiado joven o tal vez haya alcanzado su senescencia. Las plantas como otros seres vivos tienen sus tiempos y, dependiendo de la especie, tardan más o menos tiempo en «entrar en producción».
La casa de la suegra (Echinocactus grusonii), por ejemplo, es una de las que le gusta esperar. Una vez germinado, tardará más de quince años en florecer.
Ya lo has visto, no hay una única causa a la que echar las culpas. Básicamente se trata de conocer a tus plantas, para aportarles aquello que necesitan -ni más ni menos-. La clave está en que se encuentren en las mejores condiciones para afrontar la floración y no estropearlo, entre otras cosas, con podas a destiempo.
Si tu planta no florece como debiera, con esta guía puedes analizar punto por punto hasta encontrar una justificación. De ti depende luego el ponerle remedio.
fuente: www.joseeljardinero.com/razones-las-plantas-no-florecen/